Es la tecnología que emplea un gas, en el caso de los compresores aire, que son especiales, con propiedades que aceites de motor no contienen.

Su función es mantener refrigerado el bloque compresor, protegiendo el equipo del desgaste y eliminando la suciedad y sellando el equipo para evitar la entrada de aire. La elección de un buen aceite permite obtener toda la potencia del compresor, y la elección de un aceite de baja calidad puede provocar averías innecesarias.

La función del aceite es aumentar la presión de este, por medio de un circuito hidráulico para utilizarla como un trabajo útil, normalmente en un elemento de salida llamado cilindro.

La neumática es la tecnología que emplea el aire comprimido como modo de transmisión de la energía necesaria para mover y hacer funcionar mecanismos.

Los procesos consisten en incrementar la presión de aire y a través de la energía acumulada sobre los elementos del circuito neumático efectuar un trabajo útil.

En las instalaciones de aire comprimido para los diferentes sectores industriales (automoción, alimentación, industria textil, empresas de logística, maquinaria de embalaje, industria del metal…) se incorporan manómetros, cuya función es medir la presión de fluidos contenidos en recipientes cerrados.

Existen dos tipos de manómetros, los que miden los fluidos y los que miden gases.